Aquel fin de semana de julio de 2020, después de meses confinados y cierres perimetrales decidimos escaparnos a una de nuestras ciudades favoritas.

Oporto, con su belleza decadente, es de esos lugares que o te encantan o detestas. Conozco gente que volvió casi espantada porque esperaban otro tipo ciudad , y es que Oporto es única.

La primera vez que vas a un sitio siempre intentas ver los «must» de ese lugar, sin embargo cuando vas por enésima vez lo que te apetece es pasear sin rumbo, encontrar sitios nuevos y disfrutar de otra manera.

Nosotros volvimos a sitios que nos gustaban, pero descubrimos muchos nuevos, sobretodo comimos en sitios nuevos. Más allá de la francesinha, hay una oferta gastronómica muy variada y digna de cualquier otra ciudad cosmopolita.

¿Vienes a comerte Oporto con nosotros? ¡También pasearemos para quemar unas pocas calorías!

Nos alojamos en unos de los apartamentos «San João Novo» , muy bien situado y que nos encantó.

Cerca del alojamiento encontramos el Passeio das Virtudes, podéis coger una cerveza en alguno de los pequeños bares y sentaros en el parquecito que hay justo en frente con vistas maravillosas al Duero. Por esta zona paseamos hasta toparnos con la escalinata «Escadas do Caminho Novo«. De casualidad, atraídos por un pequeño cartel, entramos en un local a mitad de escaleras donde resultó haber un acogedor bar con una terraza también con vistas al río y música jazz de fondo. El Bar MiraJazz es un pequeño oasis al que tengo ganas de volver.

Seguimos callejeando, una de mis actividades favoritas, viendo zonas que han ido restaurando de la ciudad mezcladas con esas fachadas de colores que me chiflan. Finalmente nos acercamos a cenar a un bar muy pequeño especializados en hamburguesas. El sitio se llama Curb y puede que paséis por delante sin daros cuenta, pero sus hamburguesas no os dejarán indiferentes. La carta es corta y por eso sirven rápido.

Te sientas, pides, esperas muy poquito y te comes LA hamburguesa.
Adiós y buenas noches, no podrás dejar de pensar en ella ( o al menos nosotros tenemos ganas locas de volver).

Al día siguiente, todavía pensando en curb, decidimos desayunar como marqueses. Los pasteles de nata los dejamos para la merienda y nos dirigimos a «Lazy breakfast club» un sitio muy original donde pegarte un desayuno de campeonato. Huevos, gofres, tortitas yogur con granola…¿Qué te apetece? Lo tienen.

Acabamos rodando así que volvemos a darnos un paseo por la ciudad y luego nos vamos hasta la Playa «do Senhor da pedra distinguida» en Vilanova de Gaia (una de las 10 playas más bonitas «European best destination» ) sin embargo, la niebla invadía toda la zona y lo que iba a ser un día de playa fue un paseo hasta la ermita y vuelta. Aún así, tiene su encanto. Volveremos un día con mejor tiempo.

En busca del sol pusimos rumbo a Matosinhos. No teníamos hambre, pero si vosotros sí … os recomeidno acercaros a la  Rua Heróis de França. Zona con antiguas casas y restaurantes de toda la vida donde alguna vez nos hemos comido unas buenas sardinas, podréis mover la comida después por el paseo marítimo de la ciudad o directamente (como hicimos nosotros) iros a la playa, una de las más grandes del norte de Portugal.

Playa Matosinhos

Tras una caminata a la orilla del mar, unos baños y demás intentos de bajar el gofre del desayuno … Estamos listos para volver a Oporto,ponernos guapos y elegir donde cenar.

Finalmente nos decidimos por el restaurante Muu Stekahouse que ostentaba en ese momento el nº1 de tripadvisor, las opiniones nos convencieron y allá que fuimos.

Se trata de un restaurante especializado en carne, así que los carnívoros estarán encantados. El trato es de 10, la decoración del lugar muy original pero aún así nos pareció que pagamos bastante para lo que comimos.

¡Ojo! fue más caro comer en Japón un trocito de carne de wagyu en Kobe, pero esa forma de deshacerse en la boca valía la pena.
Sin embargo en Muu disfrutamos del lugar pero la comida no fue increíble, aún así quizás siendo más gente sale mejor y se pueden probar más cosas que solamente dos.

Acabamos el día yendo hasta la estación de  São Bento , para mí una de las estaciones más bonitas que he visto.
Me trae recuerdos de cuando visitaba Portugal de pequeña con mis padres y cada vez que entro y veo esos impresionantes murales que repasan la historia del país a base de unos veinte mil azulejos, vuelvo a tener la sensación de impresión del primer día.No dejéis de visitarla.

Finalmente nos acercamos a el Mirador de la Victoria, básicamente se trata de un solar abandonado, pero con vistas preciosas a toda la ribera, buena forma de rematar la velada.

Por supuesto, el último día de escapada no podíamos dejar de acercarnos a por pasteis de nata, esta vez de Castro – Atelier de pastéis de nata.
Nos damos un paseo por la preciosa Ribeira de Oporto y nos despedimos de la ciudad, ya con ganas de volver.

Y es que… Oporto siempre es buena idea.

Y tú, ¿conoces esta ciudad?, ¿te gusta?

Sueles volver a lugares que ya conoces o eres más de ir a uno nuevo siempre.

¡Cuéntame! Se aceptan recomendaciones.