«Cuando ya te parecía normal lo de no fumar en la calle, subías las escaleras mecánicas por la izquierda y seguías al dedillo todas las flechas marcadas. Cuando el silencio sepulcral en hora punta en el metro parecía normal, llegas a otra ciudad y ¡bang!
Derecha, izquierda, barullo ¡incluso gente corriendo a por el tren!
Así son los países, no sólo el nuestro, contrastes y más contrastes.»
Así rezaba el pie de la foto que compartía nada más llegar a Osaka. Habíamos estado 4 días en Tokio y esta ciudad a 500km iba a ser todo un contraste con la capital nipona.