¿Imaginas comprar un viaje y que la empresa elija por ti?

En el puente de octubre quería hacer una escapada con mi amiga Bárbara y no encontrábamos buenas combinaciones , así que decidimos optar por una compañía que organiza viajes a destinos sorpresa. Lo pintamos tan bien que se nos unió otra amiga, Marta. Y ahí estábamos las tres delante del ordenador, 3 días antes de irnos ,esperando la llegada del email que nos descubriría nuestro destino.

Poca planificación y muchas ganas de pasarlo bien que convirtió este viaje en uno muy divertido y especial . Así fue nuestra experiencia con Drumwit.

¿Te apetece saber un poco más? ¡vámonos!

¿Cómo funciona esto de «destino sorpresa»?

Supongo que esta será tu primera pregunta. Pues existen varias compañías en internet que por un precio base de unos 150€ te llevan un destino europeo durante dos noches.

La tarifa cambia si es en épocas de mucha ocupación , como un puente, y sube a 200-250€. Incluye los vuelos y el alojamiento en un hotel de categoría superior.

Tras hacer una comparativa de listas de destinos, nos decidimos por Drumwit. Su lista era la más amplia y ,aunque ya habíamos estado en varias ciudades, era el que más nos convenció por variedad. Desde Tenerife a Berlín, pasando por París o Birmingham eran algunas de las opciones que nos podían tocar.

Además de la tarifa base, puedes pagar une extra para acotar horarios y para eliminar destinos (aunque la primera eliminación es gratuita).

Hicimos nuestra elección, nosotras descartamos 5 destinos en total, compramos ¡y a esperar!

¡TURÍN!

¿Sabéis cual es la ciudad con el segundo museo egipcio más importante del mundo? Esa fue mi pregunta por WhatsApp a Bárbara y Marta mientras me odiaban por descubrir el destino que nos había tocado (solamente llega el email a uno de los pasajeros, tienes el poder … 😉 )

Ninguna de las tres conocíamos esta ciudad y por lo que leíamos a toda prisa en distintas webs era una de las «olvidadas» de Italia.

Este viaje nos lo planteamos para disfrutar y tener un fin de semana diferente, así que no abundarán los datos técnicos pero seguro que unos cuantos que hacen que te entren ganas de visitar Torino.

La cuna de todo …

Puede sonar un poco extraño pero a Turín se la conoce , según leímos, como «la cuna de Italia» por por ser el lugar de nacimiento de importantes políticos que contribuyeron con la unificación de Italia.

Además poco a poco descubrimos que era la cuna de FIAT y de otras marcas como Nutella, Lavazza o Martini (que tanto nos acompañaría en nuestro viaje).
En su catedral se alberga la Sábana Santa y su ciudad sufre y vive por uno de los clásicos equipos de Calcio italiano, Juventus F.C.

Te lo estoy pintando bien ¿eh?

Día 1 en Turín

Viajamos hasta la capital de Piamonte con BlueAir una compañía aérea rumana que vuela con frecuencia a varios destinos europeos. El vuelo fue perfecto y es de las pocas compañías que todavía dan un pequeño aperitivo con bebida gratuito. Los horarios que incluían nuestro pack de viaje eran bastante buenos, salimos el viernes a las 10 de la mañana de Madrid y volvimos a última hora de la tarde el domingo.

Para acercarnos hasta la ciudad fuimos en el shuttle bus del aeropuerto hasta la estación Porta Nuova, el precio del ticket es 6.50€. Nuestro hotel estaba bastante cerca del centro (unos 10 minutos andando) y al lado de la estación de tren. Otro punto positivo para Drumwit.

En el hotel nos recomendaron un restaurante cercano de comida típica piamontesa, pero era algo tarde y ya no servían(pasadas las 14 es raro que puedas comer) así que comimos unas buenísimas focaccia (las primeras de tantas) en una soportal en frente a la estación y echamos a andar a descubrir Turín.

Recorrimos la Vía Roma llena de tiendas (sobretodo para los bolsillos más exquisitos) y llegamos a la Piazza San Carlo una de las más importantes.

La mayoría de los grandes edificios y zona más histórica de Turín se encuentra bastante cerca para ir andando. No utilizamos el transporte público y no lo echamos de menos.

El sol nos acompañaba y recorrimos en un paseo las calles hasta el Palacio Real en la Piazza Reale. Para entrar en las galerías de arte hay que pagar entrada, sin embargo el ver sus jardines es gratuito.

¿Sabías qué…? Durante la época romana la villa de Iulia Augusta Taurinorum contaba con  cuatro puertas de entrada, actualmente solo se mantienen dos. Nosotras visitamos la Porta Palatina dentro del parque arqueológico  donde también se puede ver el antiguo teatro y resto de la muralla.

Porta Palatina – Torino

El «Cuadrilátero» se consideraba la parte de la ciudad confinada dentro de las murallas, su distribución de las calles todavía se nota en la actual Turín, pero sin embargo la parte con más encanto es este denominado «Cuadrilátero Romano».


Paseando por la peatonal , y comercial, Vía Garibaldi giramos hacia una de estas pequeñas calles y el ambiente cambia totalmente.
El contraste de las amplias avenidas con las callejuelas y edificios pequeños da la sensación de estar en un barrio donde el tiempo va más despacio.

Muchas tiendas antiguas, pequeños bares y heladerías llenan estas calles estrechas.

Por supuesto no nos resistimos y paramos en una de las gelaterias a disfrutar de un verdadero, delicioso y barato, helado italiano.

Llevábamos pocas horas en Turín y ya nos estaba encantando.
El buen tiempo acompañaba, la ciudad estaba llena de gente, ambiente, idas y venidas, negocios y mucha vida. Pero todavía quedaba mucho por ver y disfrutar.

Me he comido un helado … tracatrá

Nos acercamos hasta la Catedral de Turín donde el mayor «atractivo» es la Sábana Santa, sin embargo esta no suele estar expuesta, y no lo estaba. Seguimos hacia Piazza Castello y volvimos a admirar sus impresionantes edificios , pero eran ya pasadas las siete de la tarde y la terrazas empezaban a llenarse de gente y es que ya estábamos en hora del «aperitivi» ¡otra invención turinesa!

El concepto del aperitivo en Italia es muy distinto al español, nada de vermut a media mañana, sino que empieza sobre la 6 de la tarde hasta las 9 de la noche.

El origen de esta costumbre se remonta al siglo XVIII, Antonio Benedeto Carpano inventa (en Turín, por supuesto) el vermut y tiene la idea de ofrecer comida con él en los bares para «facilitar» su entrada en el mercado.
Muy buena idea ¿no?
Tanto que , sobretodo en el norte de Italia, es casi un religión. Prácticamente todos los bares de la ciudad tienen carteles donde informan del horario de su aperitivo y el precio.

Los precios pueden variar entre los 8€ hasta los 16€ (los que nosotras vimos) e incluye una bebida y bastante comida, ya sea servida en mesa o en forma de buffet libre , de ahí que ya en muchos lugares le llamen «apericena» porque después de tal cantidad de embutidos, focaccia y demás ¿quién cena?

Nuestro primer aperitivo y vermut ( el primero de muchos) fue en la Piazza Vittorio Venetto, al final de Vía Po. Una enorme plaza cerca del Río Po y dividida por una carretera, pensábamos que esto impediría que hubiese mucho ambiente en esa zona, pero mejor esperamos al día siguiente para comentarlo… 😉

Acabamos el día con nuestro Martini + tabla de embutidos, quesos, banderillas y un largo etc. por 16€ , tracatrá

Día 2

Buongiorno Torino!

Nos ponemos en marcha y desayunamos cerca del hotel.
Algo que nos llamó la atención es que en todas las cafeterías donde tomamos un café nos acompañaban éste con una vaso de agua con gas.
Al parecer hay distintas opiniones sobre esta costumbre, unos dicen que es para lavar la boca antes de tomar el café y disfrutar bien del sabor y sin embargo otros que es para no dejar la boca muy seca tras un espresso.

Aprovechamos la mañana para visitar el Museo Egipcio, el precio de la entrada son 15€ (+1€ del ropero) e incluye audioguía. La visita nos llevó unas 2 horas, pero puedes estar dentro toda una mañana ya que la colección es enorme.

En la calle en la que se sitúa la salida lateral del museo hay durante todo el sábado un gran mercado de flores, comida y ropa. Turín seguía sorprendiéndonos por la vida a cualquier hora del día. Música en las calles y terrazas llenas.

La Via Lagrange fue una de las que más paseamos, céntrica, bulliciosa y con un montón de comercios y cafeterías, además de ser una de las calles principales.

Drumwit
Al sol de Torino todo se ve mejor

Para comer nos decantamos por una trattoria en Piazza Corpus Domini llamada «Trattoria – Vineria da Ale».
Unos deliciosos gnocchi con queso, agnolotti (pasta fresca rellena de carne) y Vitel tonné (lonchas de carne asada de ternera con una salsa de mayonesa y atún) fueron nuestros elegidos, todo platos típicos de la zona y muy sabrosos . Apunta, apunta.

Estábamos demasiado llenas para probarlo, pero el café típico para tomar en Turín es el «Bicerin» , si quieres lo puedes tomar en la cafetería donde se originó que lleva el mismo nombre. 
La receta original no es totalmente conocida pero puedes encontrarlo en prácticamente cualquier café de la ciudad, la mezcla es : chocolate casero, café y crema de leche. 
Entiendes por qué después de una comilona no nos apetecía ¿no?



Recorrimos toda la Via Po y callejeando nos encontramos varias galerias escondidas en sus soportales ( 18 km de soportales tiene esta ciudad ), entre ellas la preciosa Galería del «Teatro Cinema Nuovo Romano» y la del «Cinema Lux».

De aquí para allá, cada poco un ricón nuevo y con encanto. Nos sentamos a tomar un espresso, seguimos hacia el río, vuelta para atrás, así todo el día.

Por supuesto no podíamos ir a Turín y no ver la Mole Antonelliana donde se sitúa el Museo del cine. La mala noticia, que esa semana el ascensor del mirador estaba en reparación y no se podía acceder. Así que como uno de los atractivos del museo no estaba disponible, decidimos no entrar e irnos en busca del famoso neón de Martini.

Una de las cosas que nos llamó la atención de Turín fue la gran cantidad de neones que decoran sus soportales y calles. Le dan cierto encanto y un toque retro a los locales y a la ciudad al caer la noche.

El más «famoso» ,el cartel de Martini, se encuentra en el Caffè Torino en la Piazza San Carlo. Allí nos tomamos nuestro vermú y aperitivo por 8’5€.

Quedaba poco para terminar le día y la gran duda era ¿qué hacemos esta noche?

«La noche» de Turín

Todavía recordamos entre risas ese momento a las 9 de la noche en el hotel leyendo opiniones en internet sobre la «noche turinense». 
Un blog rezaba que Turin tenía «poco que ofrecer», aún así tuvimos fe y salimos a la calle.

La zona de nuestro hotel, Best Western Plus (Vía Nizza), durante el día no parecía especialmente animada pero según cayo la noche y nos pusimos a callejear por un par de calles paralelas nos encontramos con el jaleo. Sobretodo había gente joven, en edad universitaria, muchos bares de copas y restaurantes. ¿se acabaría ahí todo el ambiente? ¿tendría Turín algo que ofrecer?

Tras unas cervezas y un poco de picoteo decidimos ir hacia la zona cercana al río «Murazzi del Po»

Veíamos gente por la calle pero tampoco mucha, seguimos a un grupo y cuando giramos una esquina y llegamos al «murazzi» nos encontramos una muchedumbre.
No era un poquito de gente, eran cientos de personas entrando saliendo de bares, tomando algo en la calle y el ambiente iba in crescendo según nos acercábamos a la Piazza Vittorio Venetto.

Y ahí nos dimos cuenta que la avenida que la dividía no era un impedimento para que estuviese a reventar de gente y de pubs.
No es exagerar si decimos que ni en Madrid un sábado de noche hemos visto tanta gente concentrada en un lugar.

Menos mal que Turín no tenia m mucho que ofrecer ,pensamos…

Esto fue la guinda final para un fin de semana divertido e inesperado.

Drumwit
Pues aquí no hay nadie…

Tras ir a varios bares finalmente acabamos en la discoteca «The Beach» justo a la orilla del río. Entrada gratuita, un mix de música extraño pero una noche para recordar.

Para acabar la experiencia italiana cogimos un taxi para volver la hotel y pudimos comprobar que lo de conducir como si no hubiese un código a seguir está extendido por todo el país,incluso en el norte.

Día 3

Nuestro último día en Turín decidimos que íbamos a rematar el fin de semana «disfrutón» tomándolo con calma. Queríamos ir al otro lado del río, subir en teleférico para ver las vistas de la ciudad pero… para otra ocasión. No nos llegó el tiempo.

Terminamos de catar el típico vermut y comimos en «Eataly» ,una cadena de restaurantes que nos recomendaron. Además de comida tiene tienda de productos gastronómicos.
Después de dos días en Turín nos nos sorprendió que estuviese lleno, pero sí que la mayoría de la gente comiendo fuese italiana ya que a priori tiene aspecto de cadena para turistas.

Cogimos el shuttle bus de vuelta al aeropuerto en el mismo sitio donde nos dejó, pero esta vez el billete hay que comprarlo en el estanco de en frente y volvimos a casa.

Si estás pensando en hacer un escapada, Turín es una ciudad perfecta. Tamaño justo para disfrutar de ella en un par de días y con mucho ambiente.
Bárbara se quedó sin ver a Cristiano jugar en el estadio de Juve, tendremos que volver ¿no?

Arrivederci Torino!