Para un segundo y piensa en la ciudad más poblada del mundo.
¿Cómo te la imaginas?
¿Caos? ¿Inseguridad? ¿sucia?

Probablemente , mucha gente sea lo primero que piense e imagine un lugar atestado de personas, empujones, colas interminables, olores indescriptibles y ruido por todas partes. Y sin embargo Tokio, con sus 38 millones de personas, es una de las ciudades más cuidadas, seguras y recomendables para viajar de las que he visitado.

Tokio nos atrapó y nos encantó.

Después de horas y horas de viaje, de una escala aburrida en Pekín y del cansancio acumulado; lo primero que hicimos al pisar Japón fue ir hasta el hotel a descansar unas horas y coger fuerzas. Porque ya lo que lo rodeaba nos decía que íbamos a necesitarlas.

Y allí estaba, el metro con sus cientos de paradas pero tan claro y fácil de usar que pensábamos que lo estábamos haciendo mal. Nos bajamos en nuestra parada.  Una riada de gente, ordenada, en silencio , a lo suyo. Salimos a superficie y parecía que habían abierto las compuertas ¡gente y más gente!.
Para estrenarnos en Tokio elegimos el famoso cruce de Shibuya y menudo comienzo. Ya anochecía y la ciudad se hizo de colores, se convirtió en corbatas desabrochadas y gente yendo de un lado para otro a cenar o tomar algo. Vimos un cartel que rezaba «pachinko»  y ¡ boom ! un volumen de música ,mezclado con el repiqueteo del metal , que en ninguna discoteca española permitirían. Bolas y luces, bolas y luces, ruido atronador y más y más gente entrando. Porque ya es sabido, que lo mejor después de un día de estresante trabajo es meterme a echar bolas a una máquina con luces psicodélicas y mucho (mucho) ruido… ¡Estos japoneses están locos!

Solo llevábamos dos horas descubriendo la ciudad y ya sabíamos que no nos iba a dejar indiferente. Nos fuimos a dormir sorprendidos, solo habíamos empezado.

¿Vienes a pasear por la fascinante Tokio?

Como siempre, intentamos organizarnos lo mejor posible pero también dejamos cosas a la improvisación. Tokio es una ciudad enorme, y difícil de abarcar en pocos días. Por lo que nos tuvimos que desplazar en metro o tren entre zonas para aprovechar mejor el tiempo. Aunque también hicimos varias veces nuestros ya famosos «bah, son solo 2km andando, ya tiramos» y acabamos caminando una media de 20- 25 km al día.

Tokio - Metro - Toei - Transporte
En Tokio operan dos compañías distinta en el metro. «Tokyo Metro» y «Toei» de tal forma que tienes que tener billete válido para cada empresa. Nosotros optamos por comprar, según el planning del día, los abonos teniendo en cuenta si íbamos a usar una línea Toei (son menos que las de Metro) o no. El abono para ambas de un día es de 1000¥ (algo menos de 10€) y con que hagas un par de viajes ya te compensa.

 

planificacion dias Tokio.jpg

 

DÍA 1

Nuestra primera parada tras descansar fue la zona «Marunouchi» , el barrio al lado de la estacion de Tokio y desde donde podéis pasear hasta el Palacio Imperial .

El Castillo de Edo, se trata de la antigua residencia de la familia Tokugawa y fue  Palacio Imperial cuando el Emperador se trasladó de Kioto a Tokio. Se puede visitar parte del Parque y el puente Nijubashi, frente a la entrada principal.

 

 

Junto al Palacio Imperial, en medio de grandes rascacielos se encuentran los Jardines de Hibiya. A mí me pareció un sitio especialmente bonito, sobretodo por el cambio del tráfico y los grandes edificios a pasar a estar en un lugar tan relajante. Tanto por los árboles y estanques , como por el ver a la gente pasear, tomar algo o estar simplemente leyendo.

En una de las placas explicaba que durante el terremoto de Ginza el parque fue usado como zona para acampar, mientras se reconstruían las casas.

 

 

A menos de 10′ caminando, cruzando por las calles comerciales de Ginza, nos encontramos con la Estación de Tokio. La fachada de ladrillos recuerda a cualquier lugar, menos a Japón( o al menos la imagen que tenemos ). Podrían decirme que es el Inglaterra o Nueva York y me lo creería.

La estación es enorme por lo que dependiendo de la puerta por la que salgas, te encontrarás en un barrio diferente. En los bajos de la misma, hay muchísimos comercios y restaurantes. Saliendo por la zona de Nihimbashi, estaréis en uno de los principales barrios comerciales de Tokio. Principalmente comercio tradicional.

Estación de TOkio - Viajes - Japon - Wanderlust

Otra vez de vuelta en el metro , nos dirigimos hacia Shibuya.

El famoso cruce os puede dejar embobados durante un buen rato, o al menos eso nos pasó a nosotros. Nos parecía increíble que cuando el semáforo se ponía verde, toda esa gente empezase a cruzar en un armonía perfecta. Como una coreografía ensayada mil veces. Sin choques, sin apresurarse, todo perfecto ( y eso que se veían muchos palos selfie ).

Comimos por la zona, en una de las callejuelas que rodea a la estación. Nos estrenamos con el ramen y nos encantó. Eso sí, hay que comerlo al estilo japonés ¡ haciendo mucho ruido sorbiendo ! Pagamos por un ramen (que es muy contundente) , un arroz al curry y unas gyozas menos de 15€ . Hay que tener en cuenta que en Japón en los restaurantes lo normal es que tengan jarras de agua gratis . Incluso en muchos también té matcha, que no es de mi devoción , pero a quien le guste lo puede disfrutar gratis.

 

 

El café, muy español ese momento post-comida , nos lo tomamos en el Starbucks junto al cruce se Shibuya. La mejor vista que vais a tener de él. Un café pequeño vale 360¥.

Después de un descansito nos tocaba ir a otro barrio que nos encantó, Harajuku.
Aquí se encuentra Takeshita street, llena de tiendas de ídolos adolescentes (tipo Backstreet boys pero japoneses/coreanos), así como ropa para cosplay y muchas, muchas tiendas de crepes.

La entrada está marcada por un arco con letras, tipo futurista y muchos globos. Se veía una riada de gente y eso que era día entre semana. Si vais en fin de semana, casi no podréis caminar y en el parque de Harajuku hacen quedadas cosplay los domingos , pero nosotros nos lo perdimos ¡ para la próxima !

Es una calle que hay que ver. Lo primero que hicimos fue meternos en un bajo señalado con mil pegatinas de barbie y otras muñecas y nos encontramos con unas máquinas que te hacen fotos. Pero no un fotomatón cualquiera, no. Eliges música para tu sesión, qué tipo quieres, poses etc. para echar la tarde allí si quieres. De hecho, en el propio local le venden a las niñas maquillaje, pestañas y demás para hacer ya la sesión de fotos de tu vida.

Como os podéis imaginar, Óscar era el único chico de la sala, pero nos hizo mucha gracia y nos hicimos unas fotos. Aunque no nos enteramos al principio muy bien de todos los pasos. Al final quedamos monísimos ¿no? 4€ hacer el chorra y un recuerdo de Japón de lo más «auténtico».

 

En Takeshita St. hay uno de los Daiso más grande que vimos ¿qué es? pues una tienda que tiene de todo por 100¥ , así que si queréis comprar alguna cosa para casa o un detalle, este sitio es estupendo para no dejarse un dineral.

Seguimos por la calle y no hacíamos más que alucinar con todo lo que había para comprar. Ropa, comida, merchandising de cosas que ni conocíamos. Si vas a Tokio, ve a Takeshita.

 

 

Muy útil el Daiso cuando empezó a llover y no teníamos paraguas. Chubasquero de  100¥ arreglándonos la tarde. También podéis optar por el paraguas transparente, al más puro estilo Lost in translation, por 300¥.
Pues sí, empezó a llover y mucho. Es junio y ya habíamos leído que era una época en la que podían caer tormentas. Así que nos metimos en el metro y nos fuimos a Shinjuku.
Si le preguntáis a Óscar por su barrio favortio de Tokio , os dirá Shinjuku sin dudarlo.

 

Junto a la estación de Shinjuku crece uno de los barrios más impresionantes de Tokio. Multitud de rascacielos, tiendas, su barrio rojo (Kabukicho) , callejones en los que perderse y los sitios más surrealistas como el Resturante Robot.

En el callejón Omoide Yokocho, justo al lado de la estación, podréis disfrutar de brochetas de todo tipo recién hechas en pequeños bares. Tan solo caben unas 8 personas en cada bar y se come en la barra. El precio es algo más elevado que otras zonas de Tokio, pero es un sitio curioso y que vale la pena visitar. Dos brochetas valían en la mayoría de bares 500¥ .  Ve atento, porque nosotros la primera vez lo pasamos de largo y eso que lo estábamos buscando.

 

 

Fue un día intenso ¿eh? Y seguía lloviendo, así que aprovechamos que le metro seguía abierto para irnos a dormir.

DÍA 2

Tras dos noches , nos cambiamos de hotel a uno tipo cápsula en el barrio de Kiba (para leer más sobre alojamiento aquí)

Tras dejar las mochilas,nos dirijimos a Asakusa uno de los barrios más tradicionales de Tokio. Si el día anterior fue todo luces de neón y el Japón más moderno, esta vez nos fuimos al Japón más antiguo.

La atracción principal de esta zona es el Templo de Sensoji, el más antiguo de Tokio.
Se entra a cruzando la calle comercial Nakamise Dori .Cientos de tiendas donde la mayoría de lo que venden son souvenirs. Otro buen sitio para hacer compras.

Nosotros todavía no habíamos visitado Kioto y dicen que es mejor así, sino el templo no te dejará con buen sabor de boca si ya has visto los de la antigua capital primero.

 

 

No dudéis en callejear al rededor del Templo o incluso acercaros hasta la Torre Skytree.
Nosotros comimos en una calle saliendo por detrás de los jardines, en un pequeño restaurante donde tenían una especie de menú del día.
Comimos los dos (hasta reventar) por 1700¥, algo menos de 17€.

Como quedaba de camino, nos caercamos a ver la «Calle de la cocina» Kappabashi Dogugai. Donde se encuentran las tiendas que suministran a restaurantes. Desde carteles a ollas, platos, palillos o incluso la «fake food» que ponen en las puertas de los restaurantes para mostrar las raciones.

Si no fuese porque todavía nos quedaba mucho viaje, algo habría picado a comprar porque había muchísimos cuencos o cubiertos muy chulos. Incluso una especie de boutique especializada en palillos premium.

 

 

Nos volvimos al hotel porque teníamos una cita ¿con quién? Pues … buscando en internet encontré una web donde alumnos de una academia de español online se ofrecen para realizar actividades con turistas. Nosotros elegimos ir a cenar a algún sitio tradicional  y allá nos fuimos con Tadashi e Hironori. 

Fue una experiencia estupenda, muy amables, amigables y con ganas de practicar español , pero también de enseñarnos un poco de japonés… aunque fuese un poco desastroso el intento.

Fuimos a cenar por el barrio Kiba, donde estaba nuestro hotel . En una de las múltiples tabernas y nos pegamos un buen banquete , de sashimi y otros platos recomendados por ellos , por 3000¥ por cabeza.

Si queréis ir a cenar o conocer algún monumento de la ciudad con alguno de sus alumnos, no dudéis en contactar a través del formulario de la web: Visita Japón

 

 

DÍA 3

Antes de irnos a dormir , dudamos si ir o no a ver al subasta del atún a Tsujiki. Habíamos leído que había que estar sobre las 5 am , pero entre blog y blog al final acabamos llegando a la conclusión de que si no estabas a las 3 de la mañana allí , no cogías peto.

Nos dio muchísima pereza y al final decidimos ir más tarde cuando estuviese ya montado el mercado. ¡ Menos mal que no madrugamos ! Cuando llegamos nos encontramos con que era un día festivo y estaba desierto. Solamente algún bar abierto, cuando normalmente están todos y se puede comer (según dicen) el mejor sushi de Tokio. Así que nada, dimos un paseo por la zona. Visitamos un par de templos de pescadores y demás y nos fuimos hacia la Tokyo Tower.

 

 

La Torre de Tokio la podréis distinguir bien, tiene una forma que recuerda a la Torre Eiffel y es de color rojo y blanco.  Se trata de una torre de comunicaciones y el color es debido a la normativa de aviación. Cuando se comenzó a emitir en formato digital, esta torre resultó insuficiente para cubrir la zona de Kanto por lo que se construyó la Skytree Tower.

Podéis subir al mirador por 1000¥ , no os podemos decir qué tal las vistas porque nosotros no subimos, ya que hay otros miradores en Tokio ¡y además gratuitos!

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Nuestra siguiente parada fue Jimbocho. Quizás una zona poco conocida de Tokio, pero muy curiosa. Se trata de un barrio lleno de tiendas de libros de segunda mano. La mayoría son pequeñas y están llenas hasta el techo de libros, grabados y ejemplares de manga. Al estar cerrado Tsujiki teníamos tiempo de sobra, así que decidimos dar una vuelta por la zona.

Lo que más me impresionó fue la cantidad de tiendas que había donde se vendía manga «Hentai» , que es básicamente porno.  Esa especie de atracción que tienen los japoneses (no todos obviamente) por la sexualización de niñas es un poco … intrigante. Por lo que leí hace poco, se ha puesto límite a la pornografía infantil , pero en estas tiendas hay una cantidad tremenda de revistas con mujeres imitando niñas. Y mucho manga en el que directamente las escenas sexuales son con niñas. No sé, a mí me dio un poco de repelús. Para saber un poco más sobre este tema podéis leer este artículo.

Dejando esto a parte, me pareció un sitio muy chulo . Aunque no encontraréis casi ningún libro en otro idioma que no sea japonés, ya solo el ojear los libros o meterte a curiosear en las tiendas vale la pena.

 

 

Para terminar el día nos fuimos a la ciudad electrónica de Akihabara.

Seguro que la habéis visto en fotos más de una vez, pero estar allí es otra cosa.
Los carteles de los edificios, combinado con el ruido de las salas de juego Sega, los pachinko y la cantidad de chicas que te invitan a ir a los «maid café» te atrapan en un ir y venir de gente y sobretodo de mucho consumismo.
Hay que estar allí para que te des cuenta de los contrastes tan grandes que puede haber en Tokio. Como puedes pasar de lo tradicional a estar en medio de una calle repleta de luces y pantallas con idols cantando con flequillazo,  en un abrir y cerrar de ojos.

 

Tokio es mil ciudades dentro de una misma ciudad y todavía nos quedaba tanto por ver…

Este post ya cuenta casi como leerse un libro, así que lo dejo para el siguiente.
Pero no os penséis que he acabado con Tokio ¡ todavía da para mucho,mucho más!

Akihabara

Sayonara!